El mito del corazón como órgano vital

Como quien oye llover, las manos aterrizan en las letras del teclado, vuelven loco al ordenador y disfrutan al margen de todo lo demás. Las letras tematizan el pensamiento y lo comprimen en esas once letras con las que se puede abarcar un mundo entero. Si pueden compactar el pensamiento en once letras, no soy capaz de imaginar todo lo que pueden llegar a decir en una sola frase. Se mueven solas, tienen algo que decir(me).

Y en cuanto me doy cuenta de que son las manos, y no yo, quienes dan vida a mi persona, me doy cuenta de que el pensamiento, inconscientemente, manda señales a las manos para hacerme entender que el corazón a veces ha llegado a pararse. Y es entonces cuando uno se da cuenta de que el corazón no es el órgano vital, sino la mente, porque el corazón muere varias veces en el camino, pero siempre hay fuerzas para seguir moviendo manos y seguir escribiendo sueños.

Imagen extraída de Revista Comunicar (Jacqueline Sánchez Carrero)
Recuerda,
el pensamiento late por dos.

8 comentarios:

  1. me dió un paro cardiaco :)

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  2. la mente, ese corazón que no late,
    y si lo hace, lo convierte en sueños
    saludos

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    1. Muchas gracias Omar, siempre es un placer leer tus textos y un honor tenerte entre mis comentarios!

      Un abrazo!

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  3. Muy profundos pensamientos Marina, muy bien escritos. Pero que no se entere el corazón que se puede ofender. Yo no me chivo.

    Besos

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    1. Muchísimas gracias, Jaal. Gracias por mantener el secreto! :)

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  4. Y ahí está el corazón, obedeciendo a la mente, aunque algunos piensen los contrario. Creo que muchas veces nos privamos de hacer cosas porque las analizamos, sino no pararíamos con las meteduras de pata. ;)
    Bonito texto, la manera de hilvanarlo.
    Un abrazo

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