Dedico esta entrada a Ximo Segarra, creador de dos blogs ingeniosamente divertidos llamados Un planeta llamado Acapu y La rialla del riu sec. Fue él quien me propuso el tema de esta reflexión que podréis leer a continuación. Además, me ofreció su colaboración aportando la increíble viñeta que cierra esta entrada, y de la que estoy muy orgullosa. Sin más dilación, este es el resultado,
¡vale la pena echarle un vistazo!
Soy perro viejo en el desierto, ya no me parece injusto el calor, ni respirar fuerte, ni vivir al margen de la ignorancia. Sé que la poca necesidad es el punto fuerte de una vida sacrificada, y que el corazón asume una fuerza incalculable cuando se trata de sobrevivir a base de bondad.
Hace tiempo que sé lo que es vivir a la sombra de un sol estipulado que ni si quiera alumbra de verdad, que va a base de bombillas y historias que todos se creen menos yo. Por eso sé que cada día es un esfuerzo, y que con esfuerzo se hace mayor la sombra, y que el cactus de un desierto, que siempre ha sobrevivido con poca agua, puede eclipsar al astro solar.
Cada día lo veo más claro, las sombras no son sombras, son la experiencia, el amor y el perdón, que han crecido siempre a escondidas del sol que quita la luz a los demás. Y las prefiero. Infinitamente. Porque aquellas que crecen puras, al margen de la mentira, son las que un día aportarán el cálido aroma del vivir, y no del sobrevivir.
ILUSTRACIÓN: Ximo Segarra, "Acapu"
TEXTO: Marina Morell, "Dina Royce"